Las fotos de María


 













María Zerdá-Vetterlein siempre fue para mi una amiga-caja-de-Pandora.
Es la elegancia del alma, el glamour mismo del vértigo existencial. Cada vez que pierdo su rastro, sus señales de humo me indican que ella ya levantó campamento, y está en la próxima estación, mientras todos los demás nos quedamos llorando en el andén por ese tren que nunca jamás pasó.
















Cuando partió a Alemania, nos preguntábamos cómo se las iba a arreglar para comprar el pan, sin saber el idioma... Al tiempo, se recibió en la Licenciatura en Cine. Acto seguido, con la misma naturalidad de quien te dice "me voy a tomar un cafecito", una tarde de otoño me anunció que exponía sus bellas fotos en la Galería del Gästehaus der J. W. Goethe Universität en Francfort.



Fabulosas!